Relación peligrosa y prohibida

Relación peligrosa y prohibidaSoy Roberto, tengo 55 años,*estoy casado, llevo 30 años de matrimonio, tengo dos hermosos hijos, trabajo, tengo un buen pasar y una vida muy tranquila. La historia que les comparto ocurrió el año pasado, cuando durante*un mes*quedé solo en casa, mientras mi esposa disfrutaba de un viaje junto a mi suegra*en Europa. Mis hijos estudian en otra ciudad, así que me quedé completamente solitario en casa. Mi mujer, Alejandra, tiene una hermana menor, casada también ella. Mi esposa es dos años menor que yo, o sea, que tiene 53 años; mientras Gabriela, mi cuñada, tiene 40 años. Gaby está casada con Alfredo, ingeniero agrónomo, y por su trabajo en el campo, permanece mucho tiempo fuera de su casa. Ellos no tienen hijos. Durante mi periodo de soledad, coincidió que Gabriela también se quedó sola, ya que mi cuñado tuvo que estar en el campo durante dos semanas enteras.Fue en ese tiempo, cuando tuve una corta, intensa, apasionada y loca aventura sexual con mi cuñada; cayendo ambos en la infidelidad. Fueron dos semanas de deseo carnal incontrolable y de mucho sexo desenfrenado entre Gaby y yo. Disfrutamos mucho e hicimos un pacto de mantener todo esto en secreto. Nuestros encuentros sexuales siguen hasta hoy, teniendo muchísimo cuidado y manteniendo la prudencia. La verdad es que no puedo cortar esta relación clandestina, porque ambos estamos muy enganchados con esta aventura y gozamos mucho del sexo los dos. Nos hemos convertido secretamente en amantes apasionados.Una noche, me llamó Gaby a mi móvil. Se le produjo un contratiempo..."un electrodoméstico" había provocado un cortocircuito en su casa y se quedó a oscuras, sin luz. Me pedía ayuda. Acudí y en poco tiempo llegué a su casa. Al bajar del auto, Gaby me esperaba parada en la puerta de su casa. Me llamó la atención cómo estaba vestida; mejor dicho, me sorprendió*y me gustó. No pude disimular mi mirada libidinosa*cuando me acerqué y la saludé. Gabriela es una mujer muy hermosa; tiene un cuerpo espectacular; es muy preciosa de cara, tiene unos ojazos azules divinos y una boca muy sensual, por sus labios carnosos. Gaby es morocha, alta, delgada, tiene tetas de tamaño*mediano y un culo impresionante. Ella hace mucha gimnasia, y por eso tiene ese cuerpazo. Aquella noche, tenía puesto un camisón cortito, muy sexy, pues estaba por irse a dormir cuando se quedó sin luz."¡¡Gracias Roberto por venir!!! Te esperaba ansiosa, porque no me gusta la oscuridad. Disculpa las m*****ias que te causé!!!", me dijo. Yo le respondí: "No seas boba, no me pidas disculpas...para eso estamos...para ayudarnos. ¿Cuál es el problema???" Mi cuñada, me llevó a su dormitorio y allí me dijo que había intentado enchufar un aparato electrónico y de pronto se quedó sin luz. En poco tiempo, detecté el inconveniente, solucioné su problema y volvió la luz. "¡¡Gracias!! Ahora me quedo tranquila. Espérame un minuto, ya vuelvo...", me dijo. Vi que entró al cuarto de baño, mientras yo me puse observar su habitación. De pronto, miré hacia la cama y vi un aparato extraño...me acerqué y descubrí que era un vibrador muy sofisticado...es decir, un juguete sexual. Sin darme cuenta, Gaby entró a la habitación y vió que tenía su consolador en mis manos. Nos miramos y ella se acercó y me pidió que guardara el secreto. Me dijo: "Alfredo está mucho tiempo afuera, y como mujer, tengo mis necesidades sexuales...quiero que entiendas esto y no me juzgues mal". "¡¡¡ Claro que no!!!, le respondí enérgicamente. "Cómo piensas que voy a contar esto??? Quédate tranquila nunca diré nada"", le aseguré. "¡¡Gracias!! Este vibrador fue la causa del cortocircuito...intenté ponerlo a funcionar y me quedé sin luz en casa. Ya este juguete no sirve...lo arrojaré a la basura", me dijo con un tono de desilusión. Fue en ese momento que me atreví a hacerle la pregunta osada que desencadenó todo: "Gaby...tenías necesidad del vibrador??...Tan excitada estás???" Gaby poniéndose colorada, me respondió honestamente: "...la verdad que sí!! Hoy estoy con muchas ganas!!" Su respuesta me calentó y empecé interiormente a desear follármela. Sin embargo, por un momento, reprimí esos deseos y atiné a decirle: "lo siento Gaby que tus planes se hayan deshecho". "Bueno, me iré a casa...ya es tarde", le dije despidiéndome. Mientras bajábamos las escaleras, Gabriela tropezó, y yo la sostuve entre mis brazos mientras caía. Cuando sentí su cuerpo*en mis manos y su proximidad física, mi polla se puso durísima. Alcancé a tener*una erección tremenda, al punto que se marcaba la polla parada a través del pantalón. Gaby, me dio gracias por haberla sostenido y se aproximó para darme un beso y me abrazó. Ella se dio cuenta de que mi pene estaba erecto porque al abrazarme sintió mi polla tiesa*rozar su coño tras el camisón cortito que llevaba puesto. "¡¡¡Cuñado!!!!, exclamó sorprendida. Luego sonrió y dijo: "mi hermana debe vivir feliz con el marido dotado que tiene!!!" Sonreí nerviosamente y allí ocurrió lo inesperado: mi cuñadita, ardiendo de deseo sexual, puso su mano sobre mi polla y empezó a acariciarla por encima del pantalón. Yo también totalmente caliente, comencé a tocarla, acariciarla, hasta que nos dimos un beso apasionado donde le metí mi lengua hasta la garganta. Terminamos aquella noche follando una y otra vez. Fueron muchas las veces que eyaculé dentro de mi cuñada, mientras ella gemía y gritaba ante cada orgasmo que tenía. Follamos cuantas veces quisimos...estábamos liberados y muy calientes los dos. Desde aquel momento, mientras ambos estuvimos solos, nos encontrábamos todos los días. Ahora, los encuentros son más espaciados y ocasionales, pero cada vez que cogemos hacemos crujir las camas del hotel donde a escondidas seguimos manteniendo viva esta aventura de sexo y placer "prohibidos". ¡¡¡Desde entonces, Gabriela, mi cuñada,*ya no tiene necesidad de ningún vibrador!!!